Lo confieso. Soy fan del cine de animación. Creo que el género lo merece, especialmente desde la irrupción de Pixar. Rango es la penúltima obra destacable de su categoría, una obra que no puede tildarse de infantil y que incluso agradará a los cinéfilos del western clásico. La película pretende ser precisamente eso, un divertido homenaje a las viejas cintas de vaqueros, y está plagada de personajes arquetípicos y guiños a secuencias clásicas e incluso a veteranas leyendas como Clint Eastwood.
Quizá sea el argumento lo peor de Rango. Una historia absolutamente predecible, como no podía ser de otro modo si sus guionistas querían lograr ser fieles a los cánones del Oeste. Pero este defectillo no debe importarnos. Rango ofrece casi dos horas de acción trepidante, buenos chistes y una realización técnica que roza la perfección y que es sin duda su punto fuerte.
La meticulosidad con que han sido dibujados los escenarios –Dirt, el pueblo en el que transcurre buena parte de la intriga-, la estética feísta calcada del cine de Sam Peckinpah, y que se muestra en la omnipresente miseria, suciedad y abandono en la que se ven inmersos los protagonistas, y la casi mágica expresividad del personaje principal, un camaleón farsante que traslada al desierto de Mojave las hazañas del sastrecillo valiente de los cuentos europeos, convierten a Rango en una nueva meta a superar por parte de los animadores digitales.
Vendrán a nuestra memoria actores como Lee van Cleef –convertido en Veneno Jack, la serpiente encargada de encarnar al pistolero malvado y profesional- John Huston, en un papel muy similar al de Chinatown, convertido ahora en una tortuga; también el indio de Alguien voló sobre el nido del cuco, recitando a veces diálogos de pelis de John Ford, el mayor monstruo del western y el que le ha dado mayor prestigio. No es por tanto, una película para niños, aunque éstos también disfrutarán de las andanzas de Rango en busca de agua.
Rango es una pequeña joya, un regalo que se saborea mejor sin el doblaje al castellano, pudiendo apreciar el trabajo del señor Johnny Depp conducido una vez más por el director de Piratas del Caribe, Gore Verbinski. Quizá lo mejor de la cartelera.